El paso del viento
Rosas, lirios y claveles,
todas tiernas,
hermosas flores
que prestan sus
divinos olores,
que invitan a caer
soñando
para que soñando,
ignorante quedes.
porque son traidoras
y falsas,
aquellas bellezas que
caminando
encontraras junto a
mágicas rías
entre las frías aguas
de los campos.
sólo esconden a las
mentes,
a la mujer siempre
presente,
siempre pálida de
luna teñida,
siempre con túnica de noche ennegrecida,
quien con miedo
llamamos Muerte,
aquella que nadie
quiere como amiga.
por más que abaniques
tus caducos perfumes,
por más que brillen
tus perecederos colores,
siempre reclamará la
muerte
del vivo mundo los
sonidos y tambores,
la belleza de la vida
será ahogada,
sólo una música sorda
permanecerá, aislada.
que ahora todo en
silencio queda,
del que el vivo queda
a su suerte,
que ahora ha
terminado su senda,
su senda ha terminado
al verte.
pues permites que las
mariposas nos ensueñen,
y que montañas
enormes nos asombren,
permites que
encontremos el amor,
y todo para matarnos
de ciego dolor,
dolor de haber
perdido
aquellas primaveras
doradas,
y ríes viendo que
ahora,
ignorantes nuestras
cabezas lucen plateadas.
fuerte corre el
viento,
damos las últimas
invisibles patadas,
el viento fuerte
evoca nuestros lamentos,
pronto cristalinos
ojos sólo reflejarán viejas pisadas,
inevitablemente llega
el inevitable momento,
nuestro verdugo, ha
sido el tiempo.
Mario Vicente Guixeras.