Las pesadillas mecían mi cabeza y mi mente trastornada
convertía mis recuerdos en imágenes de deseos que nunca se cumplieron,
arrastrando los dientes contra las jeringuillas y los narcóticos me tambaleaba
en la proa de aquel barco mojado por la intensa lluvia y mis oídos temblaban al
sonido de los truenos incesantes producidos por mi amígdala enferma, me calaba
el sombrero y me apretaba la falsa gabardina contra el pecho… no soy yo, ahora
lo se.
…O eso es lo que quieren que piense…
Mario Vicente Guixeras.
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